En este sentido, cabe señalar que no es una cuestión simple puesto que este estatus es crucial en la solución de las controversias comerciales entre los miembros de la organización, vinculados con las acusaciones en dumping —la práctica de las ventas por debajo del costo con fines de eliminar a la competencia y dominar el mercado—. La idea es que los países que tienen dicho estatus corren menos riesgo de someterse a los derechos antidumping.
La investigación, realizada por un grupo de los productores europeos, demostró que el reconocimiento de este estatus a China obstaculizará la competencia con las importaciones baratas que provienen de este país para los fabricantes de Europa. Al fin y al cabo esto podría causar la pérdida de unos 3,5 millones de puestos de trabajo en la UE.
Por otro lado, esto solo impulsará los planes de Pekín de crear su propia zona de comercio libre en la Cuenca del Pacífico y ayudará a acelerar la integración con la Unión Euroasiática, liderada por Moscú.