Tras el rechazo a cooperar con los socios rusos, la directiva de la empresa ucraniana tuvo que suspender la producción de aviones. Anteriormente, se había informado que en 2015 la firma había fabricado solo dos aeronaves —un An-148 y otro, An-158— y después se le agotaron las reservas de los componentes producidos en Rusia. Ahora piden al Gobierno de su país más fondos para sustituirlos.
Según los cálculos de la empresa, los 703,2 millones de dólares mencionados representan un mínimo indispensable para reiniciar la producción lanzando de nuevo los proyectos de los aviones An-148/158, An-178 y An-132. La modernización de los equipos costaría 625,7 millones de dólares y el reemplazo de los detalles rusos requería 77,5 millones más.
Es una suma considerable, pero todavía no soluciona todos los problemas ya que además de los recursos financieros es necesario también organizar una compañía de leasing —el arrendamiento financiero— que se ocuparía de la promoción y venta de las aeronaves ucranianas, según Mijaíl Gvozdyov, el presidente de la corporación estatal UAK fabricante de aviones, perteneciente a la empresa estatal ucraniana Ukroboronprom encargada del complejo industrial militar del país.
"Más que dinero, necesitamos ayuda para organizar una compañía de arrendamiento financiero", admitió.
En agosto de 2016 la empresa Antonov habló sobre la creación de una empresa conjunta con una firma china para fabricar los aviones An-225 Mriya, aunque los planes finales de tal cooperación no fueron detallados.