Rusia anunció el plan de emplazar sistemas antibuques 'Bastión' y 'Bal' en dos de las cuatro grandes islas Kuriles, disputadas por Moscú y Tokyo. A su vez, Japan News informa que el gobierno nipón planea destinar 188.000 millones de yenes (cerca de 1.700 millones de dólares) a la compra de misiles tierra-aire Patriot de fabricación estadounidense.
El momento en el que se han anunciado estos planes no ha sido una coincidencia, opina el experto en materia militar Vladímir Evseev:
"El tema central de las negociaciones será el tratado de paz [nunca firmado por la URSS y Japón desde el fin de la Segunda Guerra Mundial] y la subsecuente disputa territorial [en los Kuriles]. (…) Para llegar a un acuerdo, ambas partes podrían ceder en algo. Como concesión Rusia podría replegar los sistemas 'Bastion', pero sólo lo haría ante una acción simétrica por parte de Japón. Por lo tanto, cada una de las partes está tratando de fortalecer su posición y crear oportunidades para algún tipo de intercambio en la víspera de las conversaciones".
Algunos analistas admiten la posibilidad de que el despliegue de los sistemas rusos sólo en dos de las cuatro islas disputadas, contenga en sí una cierta insinuación política a que las otras dos islas —Shikotan y Jabomai— puedan ser objeto de un compromiso con Tokio.
"Aunque ambas partes afirmen que el tema de los misiles no afectará las negociaciones de Putin y Abe en diciembre, el hecho es que esto puede ser un elemento más de fricción. En realidad puede complicar aún más los acuerdos sobre la demarcación de las fronteras entre los dos países", advirtió Anatoli Koshkin, en su comentario a Sputnik.
En julio de este año, la actual administración de Corea del Sur abogó por permitir el emplazamiento de los sistemas estadounidenses THAAD en su territorio. Japón expresó su apoyo a esta decisión, mientras que China y Rusia, al contrario, su preocupación.
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Infografía: El contencioso de las islas Kuriles