Los trabajadores de Corea del Norte arribaron a Rusia hace mucho tiempo. Los primeros empezaron a trabajar en la Unión Soviética en los años 60 del siglo XX. Tras la disolución de la URSS, hubo un periodo, que duró hasta el 2000, donde no hubo movimientos migratorios desde Corea del Norte hacia Rusia. En 2014, el número de empleados norcoreanos se disparó de nuevo hasta alcanzar la cifra de 30.000.
Aunque el número de los norcoreanos es considerablemente menor, cabe señalar que el 80% de ellos ejerce como albañiles profesionales. Mientras, más de 40% de los trabajadores uzbekos y tayikos son de baja cualificación.
Las condiciones laborales en Rusia no difieren mucho para los grupos de diferentes países, señala el 3er secretario de la construcción de la Embajada de Corea del Norte en Moscú, Kim Chun-ik.
"Tenemos un horario de ocho horas. Nos gustaría que el Gobierno ruso nos permita trabajar hasta 12 horas, pero no se nos autoriza y debemos respetar las leyes laborales rusas. Obviamente, es muy malo para la salud, y la seguridad laboral es una cosa positiva. Pero nuestros trabajadores tienen ganas y están dispuestos a hacerlo", indicó.
Normalmente, los norcoreanos pasan un año en Rusia antes de ir de vacaciones a sus casas por espacio de un mes.
La demanda por los servicios de los albañiles norcoreanos es enorme y sigue creciendo. Una de sus ventajas principales es su disposición a trabajar por un salario bajo: en promedio, ganan solo unos 230 dólares al mes. Además, los norcoreanos suelen tener relaciones amistosas con los rusos y con el país en general.
"Para mí, los pueblos de China y Rusia no son extranjeros. Se trabaja y se comunica muy bien con ellos. Es verdad que la gente dice que hay una historia de amistad entre nuestros pueblos. Los estadounidenses, obviamente, son extranjeros, mientras que los rusos son muy amables", concluyó el secretario Kim.