"Las probabilidades de que un Congreso controlado por los republicanos tenga tiempo y ganas para levantar el embargo (a Cuba) son muy escasas", dijo Arcos a RIA Novosti.
A Raúl Castro le será más difícil gobernar la isla ahora que Fidel no está, ya no podrá pretextar la voluntad de su hermano mayor para retrasar las reformas, opinó el investigador.
Los hermanos, añadió, siempre jugaron "en equipo" y habían ideado entre los dos el reacercamiento hacia EEUU, repartiéndose los papeles del policía bueno y el policía malo.
Lea más: El futuro de Cuba tras la muerte de Fidel
El fallecimiento de Fidel, a su juicio, obligará a Raúl Castro a ser más versátil para preservar el régimen, lo que permitirá al pueblo cubano y a Washington presionar a favor de reformas significativas.
Falleció a los 90 años en la noche del viernes, hora local, según anunció Raúl Castro por la televisión nacional.
El país guardará nueve días hasta que se celebre el funeral, previsto para la mañana del 4 de diciembre en Santiago de Cuba.