"Un escenario de pesadilla para el Gobierno ucraniano: que Trump encuentre un lenguaje en común con Putin, sacrifique a Ucrania como si fuera un peón, suavice las sanciones o, tal vez, las cancele del todo", afirma la columnista.
Para Trump, continúa Smirnova, el conflicto en Ucrania es "ante todo, un problema europeo que debe ser resuelto por la UE".
Ucrania teme que "Moscú interprete esta señal como una falta de deseo de Washington de interceder por Kiev, lo que podría fortalecer la posición de Rusia".
Se espera que Petró Poroshenko, actual presidente de Ucrania, visite Washington a principios de 2017.
"Para ese entonces, definitivamente, habrá más claridad sobre el equipo de Trump. Sin embargo, el Gobierno ucraniano difícilmente podrá respirar tranquilo. Entre más se prolonga el conflicto [en Donbás], más desciende Ucrania en la lista de prioridades de Occidente".