La primera vez fue en 1962, cuando sucedían los acontecimientos de Playa Girón y luego lo vio en otras dos oportunidades, en 1971 y 1972.
"Su cabeza siempre estaba en ebullición. Recuerdo que estábamos en un lugar de entrenamiento e hicimos un alto y en una de esas le llega una nota de sus asistentes. Fidel había desarrollado unas lanchas con capitanes jóvenes que salían a pescar y Estados Unidos los había interferido y los tenía retenidos. Entonces Fidel dijo: 'no saben que yo tengo una lancha de ellos retenida también'".
"Ellos hacían como ustedes", dijo en referencia a los miembros del movimiento uruguayo tupamaro, los cuales construían túneles para organizar los escapes de las cárceles de sus compañeros en Montevideo y para moverse por la ciudad sin ser detenidos.
"Fidel hablaba de todos los temas, economía, política, (…) buen humor, buen talante, y tenía una gran energía", recordó.
"Me decía 'Urbano' con acento cubano, 'udbano', porque me habían hecho una entrevista en Prensa Latina y yo me puse ese seudónimo", rememoró.
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"Su muerte no deja de ser un impacto. Ese hombre que saltó de un camión para contener la invasión de Estados Unidos en Playa Girón es un símbolo, porque iba a combatir en la primera fila, porque no podía permitir que se afianzara esa cabeza de playa. Estuvo en primera línea en el Granma, en la Sierra, en todas partes. Nos quedará Fidel mientras vivamos", reflexionó.