Según los resultados del estudio, llevado a cabo en ratones, las personas que luchan por mantener un peso saludable después de una dieta pueden encontrarlo complicado, ya que sus bacterias en el intestino conservan 'memoria' de su peso pasado.
Los investigadores observaron que los cambios en la flora intestinal provocados por la obesidad persistieron cinco veces más tiempo que el período de la dieta y predisponen a los ratones a recuperar rápidamente el peso.
En el estudio, los ratones obesos pasaron de una dieta rica en grasas a una balanceada hasta el punto en que eran indistinguibles del grupo de control de ratones en términos de peso y en una serie de factores metabólicos, tales como el nivel de azúcar en sangre.
Sin embargo, los científicos descubrieron que los ratones anteriormente obesos retuvieron las diferencias en sus bacterias intestinales después de la dieta, lo que tendía a aumentar la velocidad a la que reponían el peso. Cuando los ratones de control fueron inoculados con bacterias del grupo obeso, también aumentaron de peso más rápidamente.
Los científicos sugieren que el mecanismo puede haber evolucionado para amortiguar los efectos de la pérdida de peso en tiempos de escasez de alimentos. Ahora, manejar este mecanismo podría ayudar en la lucha contra la obesidad.