La esposa del presidente electo, de 46 años, y su hijo de 10 se quedarán en el ático de lujo de la torre Trump para que Barron pueda seguir asistiendo a su escuela privada del Upper West Side.
"Melania y Barron tienen una relación muy cercana y se ha vuelto aún más así durante la campaña", dijo una fuente cercana al equipo de transición de Trump. "La campaña ha sido difícil para Barron, y ella espera mantener las molestias en el nivel mínimo".
La misma fuente aseguró también que existía la posibilidad de que Melania y Barron pudieran trasladarse a la Casa Blanca al final del curso escolar, pero no hay planes concretos en marcha.
Muchos estadounidenses han expresado su indignación con la decisión de Melania, que en su opinión ofende sus sentimientos como ciudadanos del país. Hay solo otras dos primeras damas en la historia de Estados Unidos que no han hecho de la Casa Blanca su hogar durante los años de presidencia de sus maridos: Martha Washington, cuando la actual sede del Gobierno todavía no había sido construida; y Anna Harrison, puesto que su marido, William Henry Harrison, falleció de neumonía antes de la investidura, de modo que ella ni siquiera pudo empezar a vivir en la residencia.