El acto contó con indígenas de los estados de Maranhão, Bahía, Rio Grande do Sul, Santa Catarina y São Paulo, según informó en un comunicado el Consejo Indigenista Misionario.
También participaron en la protesta otras comunidades tradicionales, como pescadores artesanales de la región nordeste del país, miembros de comunidades "quilombolas" —descendientes de los grupos formados por esclavos negros fugitivos— y "quebradeiras de coco", mujeres dedicadas a la recolección de cocos.
De hecho, los indígenas y el resto de manifestantes pedían que se incrementen los recursos para organismos estatales como la Fundación Nacional del Indio (Funai) y el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra).
También exigen que se paralicen otros proyectos de ley que buscan facilitar la venta de tierras brasileñas a personas o empresas extranjeras, al entender que esto conllevará la implantación de grandes proyectos de monocultivo, energía y minería.
"Nosotros, pueblos originarios (…) denunciamos el programa neoliberal de los Gobiernos, con apoyo y aval del poder legislativo y judicial y nos colocamos contra todo y cualquier retroceso de nuestros derechos ya conquistados, con mucha lucha y sangre derramado", expresaron en un comunicado divulgado a la prensa.
La protesta tuvo lugar mientras el presidente del gobierno, Michel Temer, estaba reunido en el Palacio del Planalto con el gobernador del estado de Rondônia, Confúcio Moura, el presidente del Incra, Leonardo Silva, y varios ministros.