El más reciente ejemplo es la recepción del buque patrulla de la Flota rusa del Mar Negro, Smetlivi, en Grecia, que es parte de la Unión Europea y miembro de la OTAN. A finales de octubre, el buque llegó a un puerto griego para participar en eventos cross-culturales entre los dos países. Por supuesto, algunos políticos en Washington han dicho que el comportamiento de Grecia es "inaceptable" y "no corresponde al comportamiento de un miembro de la OTAN".
Sin embargo, todo lo que destacó el presidente de Estados Unidos es "la importancia de mantener las sanciones", escribe el periódico. Pero a pesar de que Occidente se muestra dispuesto a prolongarlas, durante la visita de Obama no se expresó ninguna protesta a Atenas.
Los medios occidentales escribieron que Obama "va a pasar el testigo" a la canciller alemana, Angela Merkel. Sin embargo, en realidad, la situación es mucho más complicada: Alemania no es tan influyente como Estados Unidos, y no es capaz de unir a Occidente especialmente en medio de Brexit, informa Time.
En muchos sentidos, estos países dependen de los préstamos de la UE, lo que los mantiene cerca de Merkel, pero las finanzas no es la "forma más saludable" de gestionar "la familia europea", dice el artículo.