"Lo que China lleva a América Latina en su mayoría es muy provechoso, se sabe bien que las sociedades latinoamericanas tienen enormes grupos de bajos ingresos y se benefician considerablemente de productos más baratos y esto no representa ninguna competencia con lo que EEUU ha ofrecido históricamente o en la actualidad", dijo.
De acuerdo con los datos recopilados por la Universidad de Boston, en el año 2015 los bancos chinos dieron préstamos a los gobiernos latinoamericanos por un total de 29.100 millones de dólares, más de lo que otorgaron el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, y el Banco de Desarrollo de América Latina en su conjunto.
Durante la reunión de los representantes de China y Celac en enero de 201, el presidente chino, Xi Jinping, prometió invertir unos 250.000 millones de dólares en la región durante la próxima década, así como unos 20.000 millones de dólares solo en Venezuela.
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El año pasado los chinos invirtieron mayormente en dos sectores principales: infraestructura e hidrocarburos. Durante últimos cinco años, tres cuartas partes de las fusiones y adquisiciones chinas en la región estuvieron vinculadas a industrias atractivas como la energía y la minería.
Entre los proyectos ya completados se incluyen el financiamiento de la mayor planta hidroeléctrica ecuatoriana Coca Codo Sinclair, que fue construida por una corporación china.
Creutzfeldt concluyó que los países latinoamericanos como Ecuador y Perú han celebrado las inversiones y han usado dinero no solo para pagar por los proyectos de infraestructura, de los que siempre han carecido en la región, sino también por la construcción de establecimientos educativos y de investigación.