El partido de Sarkozy calificó de "inaceptables" las declaraciones de Hollande acerca de las operaciones de las Fuerzas Especiales de Francia dirigidas a la eliminación de extremistas islámicos en el extranjero. Estos datos fueron publicados en el libro 'Un presidente no debería decir eso', escrito por dos periodistas del diario Le Monde.
Sin embargo, el autor del artículo señala que la propuesta de los Republicanos tiene pocos números para prosperar.
Sin embargo, el columnista considera que este es un momento histórico para Francia, y lo importante en este caso no es el resultado de la votación, sino el proceso en sí mismo.
El 'juicio político' recoge que las palabras de Hollande son "una divulgación totalmente obvia de datos secretos relacionados con la seguridad nacional", así como una "muestra clara de mala praxis de sus deberes presidenciales". Estas palabras son muy importantes, subraya el periodista, ya que son las únicas que pueden justificar que se retire a un presidente de su cargo.
"En contra de la ética política, Hollande intentó casi convencer a los estadounidenses de que votaran por Clinton y afirmó que las declaraciones de Trump le provocaban náuseas. Mientras tanto, según el nivel de su popularidad, él les provoca náuseas a los franceses. Y estarían felices de echarle del palacio del Elíseo ahora mismo".
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A pesar de que actualmente el 'impeachment' no tiene ninguna oportunidad de prosperar en la Asamblea Nacional, el Brexit y la victoria de Trump tampoco la tenían, enfatiza el columnista.
"Pero la destitución del presidente es un procedimiento largo y de varias etapas, y las elecciones se celebrarán ya en abril. A pesar de todo [los Republicanos] quieren iniciar el proceso ahora para que todos entiendan que son capaces de continuarlo, si por algún milagro desconocido, Hollande es reelegido, pese a su popularidad del 4%", concluye Sheinkman.