Aún con el boicot abierto de su propio partido, el republicano Donald Trump triunfó en las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 8 de noviembre. Su cosecha de votos fue en las regiones donde el capitalismo vive una crisis aguda y la gente perdió el empleo y, además, las expectativas de un mundo mejor. Trump logró el control de las dos cámaras legislativas lo que le da mucho poder. "Aun así, su margen de acción es bastante limitado", opinó Morgenfeld, Doctor en Historia y especialista en EEUU.
Es probable que lo que se conoce como el "gobierno permanente de EEUU", integrado por el poder militar, los aparatos de inteligencia, las corporaciones y los medios, le imponga a Trump su agenda.
"Veremos –continúa Morgenfeld– en las próximas semanas cómo se reacomoda todo el poder y cómo se reconfiguran los dos partidos".
Según el historiador, "una de las lecciones de este proceso es una profunda crisis de los dos partidos del orden. La crisis del 2008 trajo como consecuencia la emergencia del Tea Party que provocó una disrupción en el Partido Republicano y, por otro lado, el movimiento Occupy Wall Street, que impulsó la candidatura de Bernie Sanders, sacudió al Partido Demócrata". En ese sentido, el triunfo de Trump debe verse como un emergente de esa crisis.
En política exterior se abren muchos interrogantes. Aparentemente Trump quiere una política menos hostil hacia Rusia, lo que puede disminuir las tensiones en Siria y Europa del Este. Probablemente se abran opciones de un mundo más multipolar.
En este programa se recordó también un nuevo aniversario de la Caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.