Page envió un correo al presidente de turno de la OSCE, el alemán Frank-Walter Steinmeier, y a la jefa de la misión de la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos para EEUU, la embajadora británica Audrey Glover.
Page describe en el documento las infracciones de las normas electorales en las que incurrió el equipo de Hillary.
En agosto, escribe, el senador demócrata Harry Reid pidió al FBI que le investigue por reunirse supuestamente en Moscú con altos funcionarios rusos, incluidos en la 'lista negra' de EEUU, y cuestionar las sanciones contra el país eslavo.
Page negó las afirmaciones del político demócrata y las calificó de "un intento obvio de obligarle a callar".
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El exasesor de Trump dictó el 7 de julio una conferencia en Moscú en la Escuela Superior de Economía sobre temas académicos, a la que también asistieron numerosos periodistas rusos y extranjeros.
Posteriormente, señaló, algunos periodistas confesaron que la idea para escribir esa historia fue propuesta por el equipo de Clinton.
En tercer lugar, indicó, una firma de abogados afín al equipo de la exsecretaria de Estado contrató a un detective privado de Londres para que investigue los viajes que realizó en julio a Moscú.
Page afirma que todas estas maniobras le obligaron a retirarse de la campaña de Trump.
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El exasesor denunció que el equipo de Clinton tiene vínculos estrechos con los organismos federales de EEUU por lo que las irregularidades cometidas han quedado impunes.
Ante estas quejas, el portavoz de la OSCE subrayó que la misión puede dar una evaluación solo después de que concluya el proceso electoral.
La OSCE elevó a 300 el número de sus observadores en EEUU, frente a los 52 que envió para los comicios de 2012, ante el temor de un fraude electoral denunciado por el aspirante republicano a la Casa Blanca.