Los intentos de detener la pelea, tanto por la tripulación como por otros pasajeros resultaron en vano. El capitán de la nave llamó a la calma a través del megáfono, pero ante la situación decidió desviarse de la ruta prevista y hacer escala en la ciudad italiana de Pisa. Cuatro pasajeros fueron obligados a bajar del avión y arrestados en el aeropuerto italiano.
La compañía aérea calificó el hecho de inaceptable: "Nuestra principal prioridad es la seguridad de los pasajeros y el personal", indica el periódico belga Het Nieuwsblad.