Según el canal, el incremento de las medidas de seguridad es coordinado por la Casa Blanca y el Ministerio de Interior de EEUU, con participación de la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
NBC reporta que existe la opinión de que hackers, incluyendo a rusos, podrían también dedicarse a campañas de desinformación por medio de las redes sociales, incluyendo a Twitter y Facebook.
Los funcionarios estadounidenses expresan el temor respecto a nuevos escándalos que pudieran surgir a raíz de la publicación de documentos falsos sobre cualquiera de los candidatos presidenciales pocas horas antes de las elecciones, con lo cual no quedaría tiempo para verificar las informaciones.
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No obstante, los servicios secretos y el Ministerio de Interior de EEUU considera que la probabilidad de que los ataques cibernéticos influyan en el conteo de votos o el resultado de las elecciones es mínima.
Algunos expertos en ciberseguridad y, entre ellos, altos cargos políticos en Washington afirmaron que detrás de los hackers está el Kremlin, que busca influir de esta manera en el desarrollo de la campaña electoral para favorecer a Trump frente a la candidata demócrata, Hillary Clinton.
El Kremlin rechazó en términos tajantes su implicación en estos ataques.