Recientemente la empresa Coca-Cola ha anunciado el lanzamiento de Coke Ginger (Jengibre), un nuevo refresco de sabor de jengibre de edición limitada, el cual parece haber dividido a los fans de la bebida en dos bandos opuestos.
COKE Ginger is here & Australia gets the first taste 🙌 #COKEGinger
— Coca-Cola Australia (@CocaColaAU) 31 октября 2016 г.
~Limited edition~ pic.twitter.com/weU1xhfIyw
"La Coca-Cola Ginger está aquí y Australia es la primera en probarlo."
Ginger Coke has no taste. It has legitimately no flavour whatsoever. Water tastes like something. Ginger Coke does not taste like something.
— the one true pumpkin (@deeninetysix) 3 ноября 2016 г.
"La Coca-Cola Ginger no tiene sabor. No tiene ningún sabor autentico. El agua sabe a algo. La Coca-Cola Ginger no sabe a nada."
@CocaColaAU I love ginger and I love Coke. Wasn't quite sure they would go together. I was wrong. They do. Soooooo delicious. Thank you.
— Rachel (@1Rsyd) 2 ноября 2016 г.
"Me encanta la Coca-Cola Ginger. Antes no estaba segura de que los dos [ingredientes] formarían un buen tándem. Me equivoqué. Es tan delicioso. Gracias."
Just tried Coke Ginger. Pretty soulless flavour to be honest.
— Tim Grillmeier (@TimGrillmeier) 2 ноября 2016 г.
"Acabo de probar la Coca-Cola Ginger. Es un sabor que no tiene alma, para ser honesto."
En medio de tanta controversia, decidimos recordar un experimento interesante llevado a cabo por el estadounidense George Prior. El hombre de 50 años (en 2014) decidió desafiar su salud sometiéndose a una prueba.
Esta consistía en beber 10 latas de Coca-Cola (el tipo clásico) al día durante un mes. Hay que aclarar que antes del experimento, Prior gozaba de buena salud y seguía la dieta paleo que consiste en el consumo de carne magra, pescado y verduras.
"Insto a las personas a que monitoreen la cantidad de azúcar en su dieta. Deben ser conscientes de los efectos reales perjudiciales del azúcar para la salud", dijo en uno de sus vídeos.
No obstante, lo que parece ser lo más preocupante es que tras terminar el experimento, Prior se dio cuenta de haberse vuelto adicto a Coca-Cola.
Así, una vez acabada la prueba, el hombre manifestó que su proyecto buscaba educar a la gente, y sobre todo a los padres, sobre los daños —a veces irreversibles— que puede producir el exceso del consumo de refrescos azucarados.
"Los niños no deben beber Coca Cola. Pero tampoco deben beber los zumos. Son todos azucarados y es malo para ellos", concluyó Prior.