La mujer, llamada Zeinab, junto con otras yazidíes, fue secuestrada en 2014 por los extremistas de Daesh —organización terrorista proscrita en Rusia y otros países— después de que estos tomaran su pueblo natal en el oeste de la provincia de Nínive, en Irak.
"Me vendieron al extremista Abu Jaafar cuya mujer me golpeaba frecuentemente porque pensaba que yo quería robarle el marido", recordó al añadir que "ni siquiera se daba cuenta de que fui una víctima esclavizada".
Zeinab detalló que las mujeres de Daesh se comportaban peor que los hombres, maltratando e incluso envenenando a las concubinas y sus hijos.
"Una terrorista colgó a una niña de dos años en la ventana de la casa", contó la mujer.
No obstante, sus nuevos 'dueños' no abusaban sexualmente de ella porque se asustaron ya que después de la estancia en la casa de Abu Jafaar la mujer sufrió un trauma psicológico y enfermedades en el sistema reproductivo.
"Conocí a una chica que no podía soportar todas las torturas y se pegó un tiro de la pistola del terrorista que la esclavizó", dijo.
Además, Zeinab contó otra historia escalofriante de una joven de 20 años que se suicidó después de que los extremistas le mostraran un vídeo en el que tomaban turnos violándola mientras estaba drogada.
Anteriormente, el activista de origen yazidí Khoder Khallat comentó a Sputnik, citando a una fuente anónima dentro de las Fuerzas Armadas de Irak, que el ejército había liberado del cautiverio sexual a unas mujeres tras haber entrado en la ciudad de Mosul.
"Tres mujeres y un niño yazidíes fueron liberados de Daesh en la zona de Gogjali en el este de Mosul", precisó.