La Federación Nacional de Comerciantes al por menor de Estados Unidos estimó que en ese país se gastaron más de 8.400 millones de dólares en celebrar la noche de brujas, 1.500 millones más que el año pasado.
El gasto promedio fue de 82,93 dólares por persona, 8,59 dólares más que en el 2015, y el número de participantes de alguna u otra manera en la celebración fue de unas 171 millones de personas.
Pero no todas las personas gastan lo mismo. Detrás de estas cifras hay grandes variaciones. "Depende del estrato social de pertenencia; se celebra según el potencial económico. Se va a lugares más caros, en autos de distintos tipos, se usa ropa más cara para disfrazarse, se gasta más en los lugares. Se intercambian cosas más costosas, sin embargo, igual es en un contexto familiar donde la gente se visita, intercambia, piden caramelos, se disfrazan, todo igual pero con distinto nivel de gasto y distintos vecindarios", dijo a Sputnik Rafael Bayce, doctor en Sociología y Ciencia Política, catedrático de la Universidad de la República en Uruguay.
En diálogo con Sputnik, Lucía Delguy, una argentina que vive en Miami dijo que "los tipos de disfraces que uno ve en los barrios de clases más pudientes son, por lo general, comprados. En los barrios de menor poder adquisitivo se suele ver gente disfrazada con trajes hechos por ellos mismos. Siempre hay algún elemento comprado. La diferencia está en si se gasta 100 dólares en una máscara o en 3 dólares para sumar algún accesorio a las prendas que ya tenemos".
Otra diferencia que destacó es que las iglesias de los barrios más pudientes están decoradas con muñecos inflables, monstruos y muchas calabazas, mientras que en otros barrios el decorado es "mucho más casero", afirmó. El tipo de golosinas y la cantidad que recibe cada chico es otra variable del poder adquisitivo, aseguró esta madre de una pequeña.
"Todas las festividades están estratificadas, sean de alcance masivo o no. Los diferentes estratos sociales celebran una misma festividad de manera distinta. Cuando los clivajes [escisión, un concepto de ciencias políticas] son pronunciados eso se puede apreciar mejor: rural-urbano, costa-montaña, o entre diferentes clases. Todos celebran de manera diferente. Un observador externo encontraría a toda la celebración casi totalmente estratificada", señaló Bayce.
Los colegios son otro de los sitios donde se puede notar las diferencias económicas de la festividad. "Mi hija va a una guardería considerada de clase media baja. Allí no todos los chicos van disfrazados o los disfraces son caseros. Incluso la decoración es muy diferente a la de otras guarderías consideradas de clase media alta. En esas escuelas se festeja de otro modo. Hay talleres de manualidades, actos con teatro o danzas. Cuentan con recursos para que se realicen más actividades", dijo Lucía, quien disfrazó a su hija de 'La sirenita' con unas calzas verdes y una peluca hecha de papel. En total gastó 10 dólares.
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Alicia Ayerra, una argentina que vive en Washington, contó a Sputnik que en su barrio la gente empezó a preparar las casas hasta un mes antes de la celebración. "Existe una especie de competencia. Cuantos más muñecos inflables, o más luces o más decorados, mejor. Hay algunas casas que tienen hasta cinco muñecos. Algunos pueden costar hasta 700 dólares", afirmó, y coincidió con Lucía en remarcar que la diferencia de poder adquisitivo se vuelve evidente en los decorados: si son o no caseros.