El origen de Halloween se puede rastrear hasta hace más de 2.500 años, al festival celta de Samhain, la más importante fiesta pagana de este pueblo antes de la llegada del cristianismo. En la noche del 31 de octubre al primero de noviembre, los celtas celebraban el final de la temporada de cosechas y el comienzo de un nuevo año.
Entre las muchas leyendas alrededor de esta celebración, se cuenta que los espíritus de las personas muertas estaban autorizados para caminar entre los vivos y reunirse con sus familiares por una noche. Para alegrar a los espíritus buenos y alejar a aquellos que podrían hacer daño, se convirtió en costumbre dejar comida frente a las casas, de allí que hoy en día los niños en este día pidan dulces de casa en casa.
Con la llegada de los romanos y del cristianismo, este día se convirtió en el Día de Todos los Santos, conocido en inglés como 'All Hallow's Eve', de donde viene la palabra Halloween.
Con el paso de los siglos la tradición se fue perdiendo en Europa, especialmente bajo la influencia del cristianismo. Sin embargo, en 1840 la noche de Halloween llegó a EEUU, traída por inmigrantes irlandeses. Es allí donde nace la leyenda de Jack O’Lantern, un tacaño y astuto granjero que usó una cruz para atrapar al Diablo, y que al morir se dedicó a vagar por el mundo con una luz eterna protegida dentro de una calabaza.
En el siglo XX, la fiesta cobró popularidad en EEUU, inicialmente con desfiles y fiestas carnavalescas que poco a poco entrarían en la cultura popular, para luego hacerse famosa gracias a series de televisión y películas que le han dado forma a la celebración actual de esta fiesta.
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