En el Occidente se desató una polémica discusión sobre el futuro de Siria y la política que debe adoptarse contra Rusia y el Gobierno del presidente sirio Bashar Asad. Una aplastante mayoría de los políticos y periodistas instan a intensificar sanciones contra Rusia demandando el cese de su ayuda militar al país árabe.
"Parece que no hemos aprendido las lecciones de Afganistán, Irak y Libia", argumenta Craig Sams del periódico The Financial Times.
El autor británico no es partidario de las acciones de Rusia en Siria ni respalda al gobierno de Asad, sin embargo, opina que la retirada de las tropas rusas de Siria y el eventual derrocamiento de Asad —lo que "anhelan desde EEUU hasta Turquía"— se traducurían en caos.
Al mismo tiempo, "para la mayoría de los 'rebeldes' esta gente son renegados que deben ser decapitados, esclavizados o convertidos forzosamente", afirma el autor.
En caso de que cayera el gobierno de Asad, serían los radicales de Daesh o de otros grupos terroristas quienes tomarían el poder en el país, y Siria se convertiría en "un estado fundamentalista y terrorista".
"El Occidente debe tener cuidado con lo que desea. Debe dejar la política de las sanciones, por lo menos hasta que no tenga una estrategia adecuada para enfrentar el eventual caos que, sin duda, llegaría al país sin Asad", concluye el autor.