"Quinterno fue influyente en muchos aspectos no solo en la historieta mundial sino en la animación mundial. Alguien debe haber estado mirando lo que se hizo acá [en Argentina] en esa época desde afuera", explicó a Sputnik Andrés Lozano, coordinador de la Escuela Argentina de Historieta.
Este indio de fuerza sobrehumana, acompañado de un universo de personajes que evocan las tradiciones campestres y gauchescas, pasó a formar parte de la cultura popular de toda América Latina. "Era una historieta muy inventiva para la época, muy contemporánea, incluso en comparación con los cómics de Norteamérica", indicó Lozano.
Patoruzú nació en 1928, como una tira dentro de un diario. Dado su éxito, comenzó a crecer, hasta que en 1936 tuvo su propia revista, un éxito rotundo con un tiraje inicial de 100.000 revistas. Según el profesor argentino, fue "uno de los primeros historietistas [argentinos] en producir una colección de revistas y personajes para todas las edades".
A criterio de Lozano, una de las particularidades de Patoruzú fue el representar a un superhéroe cuyo 'fondo' no era la ciudad, sino el campo y los personajes relativos a esa realidad. Por ejemplo, su nodriza, la Chacha, el capataz de su estancia, Ñancul. También sus hermanos, Upa y Patora. Algunos personajes, como el 'dandy' Isidoro Cañones, ganaron tanta popularidad como para ser protagonistas de su propia revista. Aún hoy, los kioscos en Argentina venden ejemplares de estas historietas.