Sin embargo, Ochoa considera que falta información por parte de la población y voluntad por parte de la clase médica para poner en práctica la ley. "Es más fácil decir que no, no es ni siquiera porque no están de acuerdo [con la eutanasia]", remarcó.
"Falta que los médicos y la instituciones se quiten los tabúes culturales en cuanto a ayudarles a morir", evaluó Ochoa respecto a las creencias comunes de que la muerte es mala y la vida es buena en cualquier condición. "La religión es un obstáculo muy grande porque tiene la concepción de la muerte natural como ideal", agregó.
Según la emisora de radio La W, el ministro informó que se han registrado nueve casos de muertes asistidas en el país y que el "80% de los individuos quiere morir en su casa, pero solo el 24% lo puede hacer".
Para acceder a la eutanasia, los colombianos deben manifestarse en un documento firmado ante dos testigos, sin necesidad de presentarse ante un notario. Lo pueden hacer preventivamente para evitar impases ante un accidente repentino, por ejemplo. "La persona puede dejar un documento que diga 'en caso de que pierda mi capacidad mental'", explicó Ochoa. De lo contrario, la eutanasia estará a cargo de la decisión familiar basada en los hechos médicos.
Cirujanos plásticos de #Colombia libran batalla contra centros ilegales y 'clínicas de garaje' https://t.co/RJyl015jvS pic.twitter.com/eYRxamI0Bq
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 19 октября 2016 г.
Desde que implementó la figura del "homicidio por piedad" en su Código Penal en 1997, Colombia se destaca en la vanguardia mundial sobre la eutanasia. El homicidio por piedad preveía que el médico que interrumpiera la vida de su paciente en estado terminal para aliviar su sufrimiento no sería penalizado. Ahora, con la nueva ley, el individuo tiene el derecho de solicitarlo. En la 'muerte dulce', la persona es inducida a un sueño profundo que le asegura que no sentirá ningún dolor mientras actúa la medicación que le provocará un paro cardiorrespiratorio.