Por el contrario, la ministra principal de Escocia apenas disimuló su irritación tras dos horas de discusión del Comité Conjunto Ministerial presidido por May.
"No me importa admitir que secciones de la reunión han sido profundamente frustrantes", dijo a los medios Nicola Sturgeon, jefa del autogobierno de Edimburgo y líder del Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés).
La dirigente independentista se quejó de que May no avanzó ningún detalle sobre la nueva relación que el Ejecutivo conservador aspira pactar con el club de Bruselas.
La dirigente tory reafirmó su objetivo de preservar la unidad de Reino Unido en su primera cumbre con los líderes autonómicos: el laborista, Carwyn Jones, en representación de Gales; la unionista Arlene Foster y el republicano Martin McGuinness, por el Ejecutivo compartido en Irlanda del Norte; y la mencionada Sturgeon.
"Trabajando juntas, las naciones del Reino Unido haremos que la salida de la UE sea un éxito y reforzaremos más nuestra propia, única y duradera unión", declaró May.
"Estamos al principio del proceso y es importante que el Gobierno comprenda las prioridades de cada administración autonómica", dijo Foster.
McGuinness, que hizo campaña en el bando perdedor, advirtió que "necesitamos estar en el centro" de la pre-negociación con Londres y de la negociación entre Reino Unido y la UE.
May descartó negociar términos distintos para cada nación y prometió un acuerdo adecuado a todo el Reino Unido.
También será diferente al malogrado tratado de la UE y Canadá, según resalto poco después en el Parlamento de Westminster.
Lea más: "Nada obstaculizará la marcha de la UE"
"A los que sugieren que esas dificultades (del acuerdo CETA) incidirán en nuestras futuras negociaciones me gustaría recordarles que no perseguimos replicar ningún modelo existente… sino que desarrollaremos nuestro propio modelo británico, una nueva relación de Reino Unido con la UE", dijo a los diputados.