En este país de 43 millones de habitantes, un 51% es mujer frente al 49% que son hombres.
"Lograr la paridad es fundamental porque se trata de cómo está configurado el Congreso de nuestra nación. Las mujeres somos más de la mitad de la población argentina. Es importante que lleguemos al 50% porque tenemos que representar los intereses y las necesidades de la mitad del país. De todas maneras, por si sola la incorporación del cupo no resuelve todos los problemas de representación", dijo a Sputnik Sabrina Cartabia, de la asociación civil Red de Mujeres, e integrante del colectivo Ni Una Menos.
Desde que en 1991 se sancionó la ley estableciendo un cupo femenino del 30% en las listas de candidatos a diputados, extendida luego a las listas del Senado, "subieron las expectativas" de la participación política femenina, señaló Cartabia.
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Pero la letra por sí sola no cambia la realidad. "Durante muchas elecciones cuando teníamos el cupo del 30% los hombres seguían delineando las listas. Colocaban en esos lugares a sus esposas, hijas o sobrinas. Eso fue algo que ocultó la agenda real de demandas de las mujeres", acotó.
"Para que la representación demográfica nacional quede bien representada en el Congreso, mientras más puedan acceder las mujeres a las listas que conforman los partidos políticos, mejor", agregó.
La cuestión no solo es un tema numérico, pues, según Cartabia, es necesario que quienes ocupen esos lugares, lleven adelante la agenda de superar la desigualdad de las mujeres. "Solo así podemos lograr que haya un mejor reflejo de las necesidades de las mujeres de Argentina", concluyó la activista.