Babakr expuso que estas prácticas se parecen mucho a las de la Edad Media. La información sobre estas bombas proviene de la inteligencia kurda, y, según dijo el entrevistado, los yihadistas no tendrán problemas con la producción de estas 'armas' ya que Irak cuenta con una cantidad enorme de estos arácnidos.
Añadió que el objetivo de los terroristas es intentar diseminar estos animales venenosos —cuyo exoesqueleto es capaz de resistir una detonación de alcance limitado— en las filas del enemigo.
Además, el político kurdo no excluye el uso de armas químicas por los terroristas.
Según la prensa, Daesh podría estar produciendo armas químicas a base de cloro en los laboratorios de la Universidad de Mosul.
El titular indicó que es poco probable que los milicianos de Daesh —autodenominado Estado Islámico, proscrito en Rusia y otros países— entreguen Mosul a los militares kurdos e iraquíes sin luchar.
"Por ahora parece que no lo van a entregar. Ya están resistiendo. Los yihadistas usan a los civiles como un escudo humano. Si resisten de esta manera a una distancia de 30-40 kilómetros fuera de Mosul, ¿qué veremos en la propia urbe? Una resistencia mucho mayor", destacó.
En la ofensiva participan, según los medios, unos 30.000 militares iraquíes y las milicias kurdas, los peshmerga, a los que apoya desde el aire una coalición de más de 60 países liderada por EEUU.
Se estima que en Mosul, capital de la provincia de Nínive, se encuentran ahora 1,5 millones de habitantes.