"Muchos de nuestros colegas que estudiaron el fenómeno de la mezcla entre nuestros ancestros y otras especies de homínidos buscaron los rastros de su ADN en el nivel del genoma entero. En cuanto a nosotros, entendimos que sabíamos poco de cómo estos acontecimientos habían influido sobre el funcionamiento de diferentes partes del genoma", dijo Emilia Huerta-Sánchez, catedrática de la Universidad de California en Merced.
Para ir al grano, hay que aclarar de qué gen se trata. Dicho gen es responsable de la reacción del organismo del hombre a la escasez crónica del oxígeno. Según descubrieron los genetistas de la Universidad de California en Berkeley, unos de los huéspedes de EPAS1, los habitantes de Tíbet, tienen una variación muy peculiar de este gen en comparación con los demás pueblos del mundo.
En principio, el equipo de científicos consideró que el gen evolucionó a una velocidad enorme bajo la influencia de las condiciones climáticas duras, pero hace dos años los investigadores hallaron que los tibetanos tomaron prestada esta versión del EPAS1 de los hombres de Denísova, una población extraña de homínidos prehistóricos que vivieron en Altái y Siberia hace 50.000-100.000 años.
Después de comparar los ADN de dichas especies con los de la base de genomas del 'Proyecto 1000 genomas', los científicos demostraron que todos los pueblos del mundo, excepto los habitantes de África, heredaron numerosos genes de homínidos prehistóricos. Los grupos con mayor cantidad son los pueblos del Sudeste Asiático, y los habitantes de Perú, que tienen el número mayor de mutaciones de los neandertales, lo que sorprendió mucho a los investigadores.
El equipo de Huerta-Sánchez pudo identificar una decena de genes vinculados directamente con los neandertales y los hombres de Denísova. Entre los hallados, estuvieron los de color de la piel (BNC2) y su estructura (POU2F3), la protección contra rayos ultravioleta (HYAL2), y el funcionamiento del cerebro (SIPA1L2 и CHMP1A). Las partes del ADN heredadas de los neandertales y los hombres de Denísova son bastante comunes.
Estas mutaciones, según concluyeron los investigadores, ayudaron a nuestros ascendientes a acelerar su evolución y acostumbrarse de manera rápida a la vida en las zonas del norte, y hasta competir con los mismos neandertales y los homo denisoviensis.