Es lo que apunta el informe de 2016 del Instituto Cervantes "El español: una lengua viva". Según el documento, en todo el mundo más de 21 millones de personas estudian el idioma como lengua extranjera. Otros 74 millones lo hablan sin el dominio completo y más de 472 millones son hablantes nativos, lo que sitúa al castellano como la segunda lengua más hablada del mundo.
El creciente papel del castellano se refleja, por ejemplo, en la fuerte presencia de medios de comunicación que emiten o publican en ese idioma. En el caso de EEUU hay toda una estrategia de comunicación enfocada hacia ese público, desde páginas web oficiales del Gobierno de Estados Unidos con informaciones en español, pasando por spots publicitarios de campañas electorales hasta productos comerciales específicos.
En diálogo con Sputnik, la directora del departamento de Psico y Sociolingüística de la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República de Uruguay (UdelaR), Graciela Barrios, explicó que la promoción del castellano cumple un papel de empoderamiento en el caso de los inmigrantes y sus descendientes en EEUU. "Para los hispanos en Estados Unidos, más allá de las intenciones económicas por detrás, le da una visibilidad y un prestigio que les puede servir a los hablantes, que hasta entonces se sentían marginalizados o discriminados, para que reivindiquen su valor cultural. Es decir, no es solo la lengua de los inmigrantes sino que es la segunda lengua más hablada en el mundo", observó.
Sin embargo, Barrios, quien también estudió en Estados Unidos, recuerda los estereotipos vinculados al idioma español que marginalizan a sus hablantes en ese país, como una lengua relacionada con el tráfico de drogas. "Lo mismo pasa con el italiano vinculado a la mafia", comparó.
La profesora, doctora en Letras, explicó que como el español no tiene el poder económico del inglés ni el prestigio del francés se promueve "como lengua internacional en base a su número de hablantes, y lo hace a través de la enseñanza y de la aplicación de certificaciones" promovidas por la Real Academia Española y por el Instituto Cervantes. Barrios destacó las intenciones comerciales por detrás de esta promoción y lamentó que dicha política conlleve a discriminar las variaciones del español en los demás países hispanohablantes de América Latina.