Junto con Lula el juez también imputó a su sobrino, Taiguara dos Santos –que tenía una empresa que prestaba servicios a Odebrecht— al ex presidente de esta compañía, Marcelo Odebrecht, que ya está preso desde hace meses, y a otras nueve personas.
Según la denuncia que el Ministerio Público Federal presentó este lunes contra Lula, la empresa constructora pagó a los implicados en esta trama unos 30 millones de reales (9,4 millones de dólares).
Los fiscales consideran que la participación de Lula se divide en dos fases: la primera, cuando todavía era presidente (entre 2008 y 2010), cuando habría cometido corrupción pasiva.
Después, entre 2011 y 2015, cuando ya había dejado el cargo, Lula habría cometido tráfico de influencia porque se habría aprovechado de su fama para facilitar los negocios de Odebrecht y de su sobrino.
Aparte de corrupción pasiva y tráfico de influencia los fiscales también creen que Lula cometió los delitos de organización criminal y blanqueo de dinero, algo que según los investigadores se realizó 44 veces.
Es la tercera vez que Lula es imputado en el marco de la Operación Lava Jato, también se le incrimina obstrucción de la justicia al intentar presuntamente comprar el silencio del exdirectivo de Petrobras Néstor Cerveró y por corrupción pasiva, al recibir supuestamente de la constructora OAS un apartamento en Guarujá (São Paulo).