El arsenal, que se encontraba enterrado en bidones y permanecía inactivo, contaba con al menos una docena de armas cortas.
Las autoridades sospechan que ETA planeaba entregar el material incautado para tratar de persuadir a España y Francia en el avance de las negociaciones para el sellado definitivo de los arsenales, con el que se daría el carpetazo final a las cuestiones militares en lo relativo al final del conflicto armado en el País Vasco.
ETA anunció el cese definitivo de su actividad armada en el año 2011, sin embargo aún no se ha producido al sellado de sus arsenales.
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Desde algunos sectores del nacionalismo vasco culpan directamente al Gobierno de Mariano Rajoy de que no se haya producido el desarme ya que, a su modo de ver, el actual presidente en funciones se beneficia electoralmente del miedo a un posible regreso de ETA.