"Los ratings se ven limitados por los muy altos niveles de deuda pública y externa y por una tasa de paro por encima del 20%", informó la agencia.
La agencia prevee que España registre un déficit del 4,3% cuando las exigencias de Bruselas son de contenerlo al menos hasta el 4,6%.
En cuanto a las previsiones de crecimiento, la agencia considera que España crecerá en 2016 a un 3% mientras que en 2017 se producirá una desaceleración hasta el 2,2%.
Además, la entidad pronostica que en el año 2018 el ritmo de crecimiento habrá disminuido aún más, quedándose en el 1,8%.
Sobre la inestabilidad política en España debido a las dificultades para formar Gobierno y al desencuentro territorial con Cataluña, Fitch destaca que estas situaciones tienen potencial para influir negativamente en el rating si se prolongan en el tiempo.