Según los datos de la Agencia Nacional de Ratings —NRA, por sus siglas en ruso—, a partir de 2014 los bancos de la nación eslava se comportaron de manera muy activa en el mercado financiero, pagando sus deudas de antemano e incluso 'comprando' las deudas de otras entidades, informa Izvestia.
La situación puede parecer poco lógica, pero hay que recordar las acciones de la población y del Banco Central ruso en la época, destaca el director del departamento de metodología de la NRA, Maksim Vasin.
Primero, en 2014 y 2015 los bancos recibieron cantidades considerables de divisas internacionales debido a que la población se tranquilizó, tras la brusca devaluación del rublo, y se puso a cambiar los dólares y euros adquiridos durante el período más volátil.
Segundo, el Banco Central repentinamente introdujo una tasa de interés elevada —de 17%—, un paso que hizo muy atractivos los depósitos bancarios y atrajo los recursos financieros en rublos.
Así, los bancos rusos se encontraron con grandes cantidades de dinero y sin muchas variantes para invertirlo. En este sentido, muchos de ellos optaron por solucionar sus propias deudas o también ofrecerse para restructurar las deudas de otras empresas, explicó Vasin.
Al fin y al cabo, los empresarios rusos salieron de un período turbulento con menos deuda o con condiciones de pagos más predecibles.