En el texto titulado 'Rusia: nueva dinámica', el alto funcionario destaca que la economía rusa ha trascurrido por una etapa de cambios estructurales debido a la caída de los precios del petróleo —principal fuente de ingresos—, las restricciones económicas de algunos países y los problemas estructurales que no han sido resueltos con anterioridad. Medvedev se centró además en las opciones por las que ha optado el gobierno para franquear las dificultades y cuáles son los pasos a seguir en un futuro próximo.
Sputnik les presenta las 10 tesis principales en las que se enfocó el primer ministro.
1. Las dificultades económicas de Rusia son un caso particular de las globales
La crisis ha estado vigente en la agenda económica desde el 2008 y aún hoy día influye en la estabilidad de los mercados mundiales. El mercado financiero global es capaz de transferir grandes sumas de dinero de forma casi instantánea, sin embargo, carece de un sistema regulador adecuado. La economía, además, ha cedido ante los intereses políticos hasta llegar a veces a ser sustituida por estos. Las restricciones económicas sobre Rusia no son más que un claro ejemplo de esa tendencia.
2. La economía rusa se ve menos afectada por el precio del petróleo y las sanciones, que por problemas estructurales
3. Rusia ha mantenido una economía de mercado a pesar de las amenazas
A finales del 2014, los expertos predecían un derribe de la economía rusa. Y esto podría haber ocurrido si el gobierno decidiera fijar la tasa de cambio, aumentar el gasto presupuestario, congelar los precios y tomar toda una serie de medidas restrictivas. En lugar de ello, las autoridades económicas del país trabajaron sin cesar para amortiguar los primeros impactos, permitiendo al mercado adaptarse a las nuevas condiciones. Los resultados superaron las predicciones en casi todos los aspectos.
4. La dependencia del sector petrolero ha disminuido
A diferencia de los años anteriores a la crisis, hoy día más del 60% del presupuesto nacional es respaldado por ingresos no relacionados con la industria de hidrocarburos. La decisión de cambiar la tasa de inflación permitió al país preservar sus reservas de divisas y metales preciosos, asegurando la estabilidad de su sistema monetario. Después del primer impacto, la inflación ya ha caído a sus niveles promedios anteriores a la crisis.
5. El sistema bancario se ha mantenido estable
6. La fuga de capital de Rusia se ha reducido
Las restricciones económicas de ciertos países provocaron la fuga de capital de sus entidades en Rusia, tendencia que en 2015 disminuyó en más de 2,5 veces, hasta $58,1 mil millones, en comparación con los $153 mil millones en 2014. En los primeros seis meses de 2016, esta suma alcanzó los $10,5 mil millones, en comparación con los $51,5 mil millones en el mismo periodo de 2015. A su vez, la deuda externa de Rusia disminuyó casi un tercio desde su máximo de $733 mil millones alcanzado a mediados de 2014, para acomodarse en los $516 millones a mediados de 2016.
7. Disminución del sector primario y crecimiento industrial
La caída de los precios del petróleo y las restricciones externas han golpeado al sector primario de la economía, desviando los recursos al sector industrial e impulsado su crecimiento en el interior del país. Así, en 2015, mientras que la producción petrolífera creció solo un 0,3%, la producción química en general alcanzó el 6,3% y un 26% en el sector farmacéutico. La agricultura e industria alimenticia, por su parte, muestran un constante crecimiento con un 3% en 2015 y un 3,2% en los primeros siete meses de 2016.
8. Sustitución de las importaciones
9. Las empresas están mejor que los individuos
Sin embargo, todas estas medidas de estabilización han sido hasta ahora incapaces de compensar en su totalidad la principal consecuencia de la crisis: una disminución de los ingresos de los rusos. Según cálculos tanto del Fondo Monetario Internacional, como del Banco Mundial, Rusia sigue ocupando el sexto lugar en el ranking mundial en cuanto a paridad de poder adquisitivo, a pesar de que es aún un 3% menor que el máximo alcanzado en el 2014.
10. El gobierno espera para un alza de la inversión
Con el fin de impulsar un crecimiento sostenible, Rusia se dispone a fomentar las inversiones del actual 20% del PIB al 22-24%. Para esto, dice Medvédev, es necesario desarrollar medidas que no sólo incentiven el ahorro, sino también se transformen en inversiones. El problema principal no radica en las tasas de interés, sino en el alto nivel de fluctuaciones económicas.