"Nuestros funcionarios de Defensa son conscientes de que las fuerzas destructivas del calentamiento global podrían perjudicar gravemente a los frágiles gobiernos de las regiones inestables donde pueden arraigar ideologías extremistas. Sin embargo, prefieren evitar [realizar] los cambios necesarios", advierte Pennington en su artículo para The Guardian.
"Se requieren $55.000 millones en inversiones públicas, cada año, para afrontar el reto [de la defensa del medio ambiente]. Con $21.000 millones en el presupuesto para 2017, queda un déficit de $34.000 millones. Puede parecer algo insuperable. ¡No es así! (…) una cantidad enorme de dinero sigue intacta en el hinchado presupuesto militar", asegura el autor
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EEUU gasta 28 veces más en seguridad militar que en la protección del medio ambiente, mientras invierte un montón de dinero en proyectos fracasados, como el caza F-35, azotado por problemas constantes, o los buques de guerra incapaces de zarpar debido a los fallos técnicos, señala el experto.
"Su candidato para la Presidencia [Donald Trump] cree que el calentamiento global es un engaño elaborado por los chinos. Sería cómico si no fuera tan peligroso", declara el autor.
La solución a este problema creciente sería "una redistribución masiva de los fondos estatales" a favor del "combate sobre el clima", concluye Pennington.