Desde el siglo XIX, la esperanza de vida ha estado aumentando de manera casi continua, de modo que un bebé que nazca hoy se espera que viva hasta los 81 años, en comparación con los apenas 50 años de esperanza de vida en 1900.
Estos datos llevaron a muchos científicos a considerar, de forma optimista, que no hay un límite máximo en cuanto a la esperanza de vida de los seres humanos. Sin embargo, un reciente estudio sugiere que la trayectoria ascendente de la longevidad tiene un techo que ya hemos tocado.
"Los demógrafos, así como los biólogos, han afirmado que no hay razón para pensar que el continuo aumento de la esperanza de vida máxima terminará pronto. No obstante, nuestros datos sugieren que ya terminó y que esto sucedió en la década de 1990", dijo el autor principal del estudio, el doctor Jan Vijg, profesor de genética del Albert Einstein.
Los investigadores creen que las imperfecciones en la copia de genes siempre van a implicar que haya un límite en cuanto al final de la vida humana.
"Tal vez sea el momento de invertir recursos en aumentar no la esperanza de vida sino la duración de una vejez con buena salud", concluye el doctor Vijg.