"La Universidad Koroliov de Samara tiene una tecnología que permite crear batería con vida útil de más de 100 años", informó.
Estas ventajas se logran gracias al uso del carbono 14, un isótopo radiactivo que no es tóxico, tiene bajo costo y el período de semidesintegración de 5.700 años.
Otro rasgo distintivo de este nuevo producto es el uso en calidad de sustrato de una heteroestructura de carburo de silicio, resistente a la radiación.
Se abren buenas perspectivas para usar tal batería como fuente de energía en la medicina, en particular en el cardioestimulador que regula el ritmo cardíaco.
El fin de la vida útil de este dispositivo a menudo significa el fin de la vida de la persona que lo lleva, porque no todos los pacientes pueden aguantar una nueva intervención quirúrgica.