Este proceso no sucedió en un solo día, sino que fue precedido por una serie de eventos. Un año antes cayó el Muro de Berlín, y los alemanes del Este obtuvieron el derecho de viajar a Alemania del Oeste y Berlín Oeste. Con el telón de la caída inminente del bloque comunista, los dos estados alemanes empezaron a dar pasos hacia un país unido.
El 31 de agosto los representantes de ambos estados firmaron un acuerdo de reunificación. El 12 de septiembre los cancilleres del llamado grupo '2+4' —RFA y RDA, más la URSS, EEUU, Reino Unido y Francia— firmaron el acuerdo final del Tratado que confirmó la creación de Alemania Unida.
La URSS aceptó la reunificación alemana como un gesto de buena voluntad. De hecho, en cambio la OTAN prometió no avanzar hacia las fronteras de la Unión Soviética. Sin embargo, se sabe bien que Occidente no cumplió su promesa y en los años siguientes Polonia, los países bálticos y otros antiguos miembros del bloque socialista ingresaron en la Alianza Atlántica.
En los años posteriores la OTAN siguió acercando sus instalaciones militares hacia la frontera rusa, disfrazando su avance hostil con la mítica 'amenaza rusa' que recientemente ha ganado de nuevo popularidad en la retórica de Occidente.