Las células cancerosas, con el tiempo, cambian y se desarrollan, y pueden dejar de producir una proteína conocida como interleucina-33 (IL-33). Cuando desaparece del tumor, el sistema inmunológico no puede reconocer el cáncer, de manera que puede extenderse por todo el cuerpo, indica la revista Nature.
"La IL-33 puede ser uno de los primeros biomarcadores inmunológicos para el cáncer de próstata, y en un futuro próximo tenemos la intención de aumentar el número de pacientes observados", expresó Irina Saranchova, una de las autoras de la investigación y posgraduada del Departamento de Microbiología e Inmunología de la institución educativa canadiense.
Hasta ahora, los científicos han investigado a cientos de pacientes con cáncer de próstata o enfermedad renal y se encontró que, en el transcurso de cinco años, la reaparición del cáncer ocurrió más rápido en aquellos cuyos tumores habían perdido la IL-33. Ahora se planea probar si es posible seguir el desarrollo de ciertos tipos de cáncer examinando a los pacientes si tienen la IL-33.