La NASA mantiene la esperanza de que las empresas privadas estadounidenses Boeing y SpaceX consigan construir un sistema de lanzamiento fiable para principios de 2018.
En la agencia aeroespacial norteamericana ya consideran los aplazamientos adicionales que no van a permitir rechazar la ayuda rusa hasta 2019. Cabe recordar que el contrato actual entre la NASA y su homólogo ruso en cuanto a la traslado de los astronautas estadounidenses a la EEI termina en 2018.
Rusia, de hecho, monopoliza el envío de los astronautas a la EEI: por medio de la nave espacial Soyuz. El coste de un asiento para NASA se cifra en 81,9 millones de dólares. NASA ya pagó por la entrega de seis astronautas suyos a la EEI.
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El jefe del ente, Charles Bolden declaró en varias ocasiones que estaba "firmando cheques" a Rusia y confía en la restauración de los vuelos tripulados desde suelo norteamericano.
Según la fuente del medio, las negociaciones con Roscosmos deben ser iniciadas lo más pronto posible porque es probable que se necesite de la construcción de cohetes Soyuz adicionales.
ArsTechnica señala que la decisión probablemente será tomada después de las elecciones presidenciales en EEUU, que se llevarán a cabo en noviembre de 2016.