"Es evidente que el partido tiene ahora aún más incentivos para no ir a elecciones", expresa Barbet.
Sin embargo, esta politóloga también señala que su debilitamiento en las últimas semanas le hace "más difícil" al PSOE poder enfrentar unas negociaciones de Gobierno con una posición lo suficientemente fuerte y consensuada como para ofrecer una solución al bloqueo político.
"A corto plazo, pase lo que pase a partir de ahora, si hay elecciones el partido perdería una bolsa importante de votantes", recalca Barbet, que también es subdirectora del laboratorio de ideas Fundación Alternativas.
La crisis del PSOE nace de la existencia de "dos visiones enfrentadas" sobre el partido debería abstenerse para dejar Gobernar al Partido Popular de Mariano Rajoy o no.
Pedro Sánchez, secretario general del partido, abogaba por intentar formar un Gobierno alternativo y, en caso de no lograrlo, asumir la convocatoria de unas terceras elecciones.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 29 de septiembre de 2016
Tras la dimisión en bloque de 17 miembros de la ejecutiva críticos con Sánchez, el PSOE celebrará el 1 de octubre un Comité Federal que deberá marcar la hoja de ruta a seguir por el partido.
En cualquier caso, esta politóloga, especializada en opinión pública y comportamiento político, considera que "la sección que pierda se llevará consigo una importante cantidad de votos".
Sobre la posibilidad de que esa pérdida de votos pudiera ser tan grave como para hacer que el PSOE corra la misma suerte que su homólogo griego PASOK y se convierta en una formación prácticamente residual, Barbet cree todo dependerá de "cuánto se alargue la crisis y cómo se gestione".
"Hasta los acontecimientos de esta semana los politólogos pensábamos que la crisis no era tan profunda como para acabar como la socialdemocracia griega", explica.
En opinión de Barbet, la socialdemocracia española ha aguantado como segunda fuerza más votada a nivel nacional porque "la situación no es tan desesperada" y sigue habiendo una bolsa de votantes que no se quiere arriesgar a dar su voto a Podemos".
Sin embargo, señala que si el PSOE se mantiene en unas dinámicas que le hacen perder credibilidad, puede seguir perdiendo votos hasta el punto de poner su viabilidad más en duda de lo que nunca lo ha estado desde la llegada de la democracia a España.
El conflicto de la socialdemocracia europea
Barbet opina que la crisis del partido socialista es el reflejo de un conflicto común a toda la socialdemocracia europea.
"La disyuntiva de apoyar o no a Rajoy (que motivó la crisis interna) es a su vez la visualización de un conflicto que la socialdemocracia europea está viviendo en todos los países", mantiene Barbet, que también es subdirectora del laboratorio de ideas Fundación Alternativas.
Los problemas del PSOE, que lleva varios comicios seguidos encadenando resultados históricamente negativos, giran en torno a las disensiones sobre la estrategia de pactos a seguir para poner fin a la crisis institucional que vive España, con un Gobierno conservador en funciones desde diciembre de 2015.
"Este debate se está dando en todas partes, los partidos socialdemócratas se debaten ahora entre la gente que se quiere acercar más a estos populismos y sectores que consideran más responsable no hacerlo", explica Barbet.
Barbet opina que en el caso del PSOE, además de ese debate ideológico de fondo, se ha dado la circunstancia de que el secretario general, al sentirse "amenazado" por sus detractores, ha actuado en muchas ocasiones de "espaldas a otros miembros del partido" con la "excusa" de contar con el apoyo de la militancia.
"En ese momento su programa de reformas se vuelve mucho más limitado y su oferta es menos atractiva", resume Barbet.
Por otro lado, prosigue esta experta, a la socialdemocracia se le abrió otro frente en la Unión Europea sobre los problemas para gestionar políticas de bienestar en el marco de la austeridad.
"El margen de maniobra era muy limitado y la socialdemocracia no podía hacer una política muy diferente de liberales y conservadores por cuestiones como el cumplimiento del déficit", expone.
En opinión de Barbet, esto ha generado una bolsa de votantes cuyas demandas no estaban siendo satisfechas, y la socialdemocracia, que se movía "entre dos mundos", de repente se ha dio cuenta de que debía decantarse, sin saber muy bien qué camino escoger.