La víctima era natural de la ciudad de Santos, en el estado de Sao Paulo, y trabajaba como abogada en Estados Unidos, donde vivía con su marido y un hijo que estaba en la guardería en el momento del accidente.
El Ministerio de Relaciones Exteriores informó de que no ha habido contacto con el Consulado brasileño en Nueva York y la noticia de la muerte fue confirmada por fuentes familiares al portal de noticias G1.