Nikolái Spaski, director general adjunto de la corporación rusa Rosatom, y José Fidel Santana, viceministro de Ciencia, Tecnologías y Medio Ambiente de Cuba, estamparon sus firmas en el documento.
El acuerdo crea la base jurídica para el fomento de la colaboración en áreas como la producción de isótopos radiactivos para uso industrial y terapéutico; y la capacitación de personal.
También contempla investigaciones fundamentales, la cooperación en el campo de la manipulación de residuos nucleares, el intercambio de expertos y conferencias conjuntas.
Rusia y Cuba instituirán grupos de trabajo para realizar proyectos y estudios concretos e intercambiar información científica.