Según el cacique Kwatine Parakanã las condiciones de vida de los casi 500 indígenas que viven en la reserva Parakanã empeoraron después de la construcción de la presa hidroeléctrica de Tucuruí.
Lea también: Unos 50 indígenas protestan contra Temer frente a la sede de la Presidencia en Brasil
Los indígenas alegan que no abrirán el paso al tráfico de la Transamazónica hasta que no consigan reunirse con un representante de la Fundación Nacional del Indio (Funai), el organismo público encargada de las cuestiones indígenas, que aún no se manifestó al respecto.
La Transamazónica, con sus más de 4.200 kilómetros, fue inaugurada en 1974 por el régimen militar pero desde entonces apenas se ha renovado; la mayoría de sus tramos está sin asfaltar, lo que la hace impracticable durante la época de lluvias.