La Armada continuó los experimentos durante siete días, causando, supuestamente, al menos una muerte. Estos fueron los primeros ensayos de un arma biológica a gran escala, que luego se hicieron parte de un 'programa de pruebas de armas de gérmenes' que duró los 20 años siguientes —de 1949 a 1969—.
Las pruebas en San Francisco fueron notables por dos razones.
Una es por el hecho de que fuera en la fase inicial del programa, y otra es por una rara coincidencia que ocurrió en el hospital de Stanford unos días después de que el Ejército realizara los ensayos.
El personal del hospital fue tomado por sorpresa con la aparición de un paciente infectado con bacteria Serratia marcescens, que nunca antes había sido registrada en el hospital y era excepcional en el área. El paciente, Edward Nevin, murió después de que la infección alcanzara su corazón.
Hasta los años 70, los estadounidenses no supieron que habían servido como conejillos de indias para las agencias de su propio gobierno.
San Francisco no fue ni el primero ni el último ensayo en que ciudadanos norteamericanos han sido utilizados sin su consentimiento.
Uno de los más terribles fue el experimento —en la actualidad bastante bien conocido— en el que los científicos estudiaron los efectos de la sífilis en la población afroamericana. Sin informarles de que estaban enfermos, les dijeron que tenían "sangre mala".
Los médicos retuvieron el tratamiento, después de que estuviera disponible, para continuar los estudios de la dolencia pese a sus efectos devastadores que pusieron en peligro las vidas de los pacientes y sus familias.
Los ensayos duraron seis días y se utilizó los Bacillus subtilis —entonces conocido como Bacillus globigii— y S. marcescens.
Los oficiales responsables por estas pruebas fueron llamados a testificar en el Congreso de Estados Unidos en 1977. En aquel entonces los militares alegaron que "tuvieron que evaluar la vulnerabilidad de EEUU a un ataque biológico".
De cualquier modo, resulta que estos militares creían que iban a cuidar a sus compatriotas, mientras de hecho hicieron lo contrario.