¿Alguna vez has pensado cómo sería pasar un fin de semana descansando no en un hotel cinco estrellas o una isla paradisíaca, sino en la zona de exclusión alrededor del lugar del accidente de Chernóbil? Los corresponsales de Sputnik trataron de entender por qué algunas personas deciden hacer turismo en las zonas de alienación de las centrales nucleares de Chernóbil y Fukushima.
Los accidentes de Chernóbil y Fukushima son considerados los más graves de la historia de la energía nuclear y han sido los únicos eventos en alcanzar el nível 7 de la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (INES, por sus siglas en inglés).
Aunque las causas de los desastres y sus consecuencias hayan sido distintas, el paisaje que se creó después de ellos es igualmente trágico. En la mayoría de las fotografías, casi no se puede distinguir Chernóbil de Fukushima y viceversa.
Pese a la atmósfera aterradora y el real peligro (o tal vez a causa de ellos) muchos turistas han decidido visitar la zona de exclusión de Chernóbil, a partir de la mitad de la década de los 90. Las primeras visitas turísticas realizadas de manera legal a la región tuvieron lugar en el año de 1995.
La ola de turistas creció en 2002, tras la publicación de un informe de las Naciones Unidas sobre la zona de exclusión, el cual aclaraba que la permanencia en el área ya no podía causar daños serios a la salud. En 2007, luego del lanzamiento de un videojuego para computadora que transcurre en Chernóbil, la popularidad de los viajes a la región aumentó más.
Un representante de la empresa Go2Chernobyl, que programa excursiones a la región de la central nuclear, reveló a Sputnik que, en el año de 2015, la compañía organizó la visita de más de 20.000 personas a la región. En una ocasión, un turista japonés vino a conocer Chernóbil con el objetivo de organizar excursiones similares en Fukushima, contó.
Hay también muchas personas que entran a la Zona de Chernóbil de manera ilegal, los autodenominados 'stalkers' —una referencia a los personajes de la clásica obra soviética 'Picnic extraterrestre'—. A lo largo de los años, esos merodeadores crearon su propia subcultura: tienen sitios web y foros en línea donde intercambian mapas, guías y consejos para aventurarse por la Zona.
Al parecer, los stalkers no tienen miedo de la posible consecuencia de sus aventuras. De acuerdo con la legislación ucraniana, la entrada ilegal a la zona de exclusión puede llevar a procesos penales. Para acceder a la región es necesario pasar por un puesto de control y poseer un pase especial y otros documentos. Además, es obligatoria la presencia de un guía durante todo el paseo, ya que viajar de manera independiente por Chernóbil está prohibido.
Sin embargo, además de los aventureros ilegales, hay también personas que no solo viajan, sino viven ilegalmente en la región. En general, esos habitantes no autorizados, conocidos como ‘samosely' solían vivir en Chernóbil y decidieron regresar a sus casas después de la disminución del riesgo para la salud. No obstante, hay gente que sencillamente decidió vivir allá para ocupar las ‘tierras de nadie'.