El centro supuestamente fue operado por oficiales de inteligencia de varios países, incluido EEUU, Reino Unido, Israel, Arabia Saudí, Turquía y Catar. Las partes rusa y siria sabían de la existencia del centro, pero "toleraron" su presencia por un largo período de tiempo, opina Global Research.
El impacto destrozó el centro clandestino y causó la muerte de unos 30 oficiales extranjeros, según informó la edición de Sputnik en árabe citando a una fuente militar siria.
"Los buques de guerra rusos dispararon tres misiles Kalibr contra el centro de coordinación de operaciones [donde se encontraban los] oficiales extranjeros en la región de Dar Ezza en la parte oeste de Alepo, cerca de la montaña Samán, matando a 30 oficiales israelíes y occidentales", señala el artículo.
El informe de la agencia iraní Fars transmite la impresión que el 'centro de operaciones' era operado por los israelíes, pero otros medios agregan que la instalación fue manejada por los socios regionales de Washington en colaboración con los militares norteamericanos y la inteligencia del país.
A excepción del informe de Fars y la noticia en Sputnik Arabic, el ataque ruso no llegó a los titulares. Una fuente militar anónima rusa entrevistada por el portal Russkaya Vesna confirmó los recientes lanzamientos de los misiles Kalibr contra los objetivos de los terroristas, pero descartó por "muy poco probable" que su blanco pudiera haber sido una instalación militar de la coalición.
El 'centro de operaciones' en la región de Alepo fue usado para coordinar las acciones terrestres de la oposición moderada, así como para la supervisión por drones y la gestión de los ataques aéreos. Un centro semejante funciona también en Jordania.
De confirmarse estos rumores, el ataque de represalia rusa marcaría un punto de inflexión potencialmente muy peligroso en la guerra civil siria, señala Global Research.