Clapper afirmó recientemente que "Rusia tiene la tradición de inmiscuirse en sus propias elecciones y en las de otros países".
"Es la primera vez que escuchamos este tipo de declaraciones totalmente absurdas", dijo Riabkov.
"Son los líderes de varios Estados europeos y políticos, que no desdeñan campañas sucias, los hablan constantemente sobre sus preferencias respecto a los candidatos que compiten en EEUU", subrayó.
El silencio de Washington ante esta práctica, remarcó, "constituye una clara aprobación de la interferencia masiva por parte de los europeos".
Así, el británico David Cameron cuando fungía de primer ministro de Reino Unido calificó de "estúpidos" los comentarios de Trump sobre los musulmanes.
El presidente de Francia, Francois Hollande, arremetió varias veces contra el candidato republicano y llegó a tachar de "nauseabundos" sus declaraciones.
Hollande advirtió al electorado estadounidense que el triunfo de Trump sería peligroso y complicaría la relación con Europa.