"Quiero que EEUU pare esta guerra. Y si no puede hacerlo, al menos debería de dejar de vender armas a los saudíes", dijo Yara al Mutawakel en una entrevista a la cadena RT Arabic.
"Cada niño de Yemen podría ser la próxima víctima, ya no podemos sentir más libertad", confiesa Yara.
Ella misma dice que no deja de pensar en la muerte y siempre tiene miedo.
"Antes sentía seguridad, mi familia podía salir sin sobresalto, pero ahora nos quedamos en casa por temor a ser alcanzados por los bombardeos si vamos a alguna parte", añade.
El Senado estadounidense aprobó el miércoles la venta de material bélico por 1.150 millones de dólares a Arabia Saudí, a pesar de las críticas de que este armamento es utilizado por Riad para atacar a civiles en Yemen.
Amnistía Internacional denunció el lunes que los saudíes lanzaron una bomba estadounidense, según lo aclararon expertos independientes.
La organización exigió a Washington que detenga la venta de armas a los saudíes ya que estas podrían ser utilizadas para atacar hospitales y otros objetivos civiles.
Desde 2014 Yemen es escenario de violentos enfrentamientos entre los rebeldes hutíes y los partidarios del expresidente Alí Abdalá Saleh y las fuerzas leales al presidente legítimo Abdo Rabu Mansur Hadi a las que apoya desde marzo de 2015 una coalición de países del Golfo Pérsico liderada por Arabia Saudí.
El coordinador humanitario de la ONU para Yemen, Jamie McGoldrick, anunció a finales de agosto que el conflicto provocó más de 10.000 muertes.