Las personas que habían regresado a la localidad de Huixiopa, municipio de Badiraguato —1.300 km al noreste de la capital—, tras hechos violentos registrados el 17 de junio pasado, volvieron a escapar a zonas más seguras.
Familias enteras "han abandonado nuevamente la comunidad a raíz de que el Ejército dejó de brindar seguridad a los pobladores", dijo el alcalde de ese municipio de Sinaloa, Mario Valenzuela.
Soldados del Ejército dejaron de patrullar la zona, lamentó el alcalde: "Los pobladores se sintieron indefensos, porque los grupos que en junio pasado orillaron a las personas a dejar sus hogares continúan acechando a los pobladores", dijo en declaraciones publicadas por el diario El Debate de Sinaloa.
El martes recién pasado, el procurador general de Justicia de Sinaloa, Marco Antonio Higuera, reveló que un grupo armado se presentó el fin de semana en las comunidades de Tareapa y Badiraguato, y que quemaron dos casas y un vehículo.
En junio pasado, varias casas fueron saqueadas en ese poblado, además, otros dos núcleos de vecinos de La Tuna y Arroyo Seco fueron quemados, incluida la casa familiar de la madre de Guzmán Loera, doña Consuelo Loera.
"Yo no sé por qué se salió el Ejército de Huixiopa, malamente se salió, el pueblo está solo ya", se quejó el alcalde.
Militares de la Marina están desplegados cerca de la zona donde mantienen tomada una casa del Chapo, y las escuelas quedaron vacías en varias comunidades, reportó el periódico de Sinaloa.
"Hemos dejado a los abogados en suspenso, porque en estos momentos la prioridad es la reivindicación sobre la salud física y mental por los agravios de los que ha sido víctima", dijo el defensor.
La depresión que padece el principal jefe del narco en Sinaloa se debe a la inseguridad de sus hijos, que fueron recientemente secuestrados y aparentemente liberados en el bar La Leche, en Puerto Vallarta, Jalisco, puntualizó.